viernes, 7 de agosto de 2009

La Soberanía Alimentaria como bandera de lucha


Por Laura Moya*

Alrededor de los años 70 varios gobiernos y empresas del mundo planificaron modernizar el campo con el fin de que, invertir en el mismo, genere mucha más ganancias. Para aplicar este plan se convenció a los agricultores y chacareros que no siembren diferentes cultivos ni mantengan sus vacas, chanchos y gallinas, sus huertas y todo lo que necesitaban para vivir con sus familias lejos de la ciudad. Le decían que se ganaba más plata siendo especialista en algo, y en ese momento lo que más generaba plata era cultivar soja. Entonces muchos decidieron "modernizarse". Tiraron abajo el corral donde estaban los animales, el gallinero, los tambos (si los tenían), los árboles que cercaban la casa, y se compraban las máquinas modernas, con todo lo necesario para sembrar y los venenos que garantizaban que las plagas no se coman la siembra. Como esa máquina reemplazaba a los trabajadores del campo, el empresario-agricultor los despidió y los trabajadores se fueron a vivir a las ciudades. También sucedió que hubo productores que querían modernizarse para tener más ganancias pero que no tenían plata para comprar las máquinas, entonces, le alquilaban el campo al productor, que sí se las había podido comprar, y de esa forma se dividían las ganancias. Muchos, no sólo que no pudieron comprarse las máquinas sino que, les ofrecieron buena plata por sus campos y los vendieron para mudarse a la ciudad o al pueblo más cercano. Otros, se resistieron a la modernización y se quedaron viviendo y trabajando el campo, produciendo alimentos. Eligieron quedarse porque era su tierra, aunque la vida en el campo sea dura ya que a veces no hay electricidad, agua, escuelas, pavimento, ni cloacas.

Entonces, este plan modernizador tuvo varias consecuencias:

- Muchas personas se fueron a vivir a las ciudades, y como en ellas no podían desarrollar sus labores habituales, o bien no había trabajo para tanta gente, quedaron desocupados o consiguieron changas que sólo les alcanzaba para asentarse en barrios pobres y vivir en forma precaria.

- Como el campo dejó de producir huevos, pollos, carne y verduras, etc., pero las personas necesitaban comer, las empresas se dieron cuenta que era un gigantesco negocio invertir en producir comida, y así lo hicieron. Como ahora los alimentos son de las empresas, y las empresas sólo piensan en ganancias, aumentaron los precios. Como la producción de alimentos pasó a ser un negocio, las corporaciones exportan la mejor calidad y dejan al pueblo consumiendo basura. También, los precios aumentaron por otras causas: porque cuando se producía en el campo los alimentos estaban cerca de las ciudades, mientras que ahora se producen muy lejos, y hay que trasladarlos; porque hay menos tierra destinada a la producción de alimentos y porque hay alimentos que se dejaron de producir en el país y se empezaron a comprar en el exterior.

- Producir un solo cultivo hizo que la tierra vaya perdiendo todos sus nutrientes y que se seque y entonces cada vez menos semillas van a crecer en ella. También, como al producir más se obtienen más ganancias, muchas empresas compraron tierras que tenían árboles y los talaron. A veces en ellas vivían indígenas, y cuando a los empresarios les interesaban esas tierras, los echaban. Ambas cosas, el monocultivo y el desmonte, generarán pronto que el campo se transforme en un desierto, que el clima cambie, con temporadas de permanente lluvia o de sequías agobiantes.

Estas son sólo algunas de las consecuencias que llevaron a organizaciones de campesinos, indígenas, trabajadores rurales, pescadores y ciudadanos de diferentes ciudades a pelear para que se vuelva a producir alimentos en nuestras tierras, para que la tierra sea para quienes la trabajan, para que todos podamos comer carne, pollo, pescado, verduras, frutas, huevos, leche, etc. y que toda la comida sea sana y producida por quienes cuidan los animales y las semillas. También se pelea porque los alimentos se distribuyan para todos igualmente, y que el pueblo sea quien decida "qué se produce en nuestras tierras, cómo se produce, para qué se produce y quiénes producen". Pelear por todo esto, es luchar por la Soberanía Alimentaria.
Que todos nos alimentemos es un derecho que debemos exigir. Que muchos no puedan comer todos los días, es porque hay una política que planificaron las empresas con los gobiernos para matarnos de hambre. Por este motivo debemos enfrentarnos a ellas, y decirles "que comer no es un negocio, es un derecho".

*Miembro del Foro por la Soberanía Alimentaria

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